miércoles, 10 de marzo de 2010

EL GUIÓN.

El 10 de junio de 2008, después haberme hecho el último casting, la propia Pilar Távora me entragaba el guión de la película, escrito por Santiago Escalante; yo no podía parar de llorar, había sido un día duro, difícil, de esos que te lanza la vida cuando menos lo esperas, pero allí estaba yo, haciendo de tripas corazón y dándolo todo en la que estaba seguro que era mi última relación con "Madre Amadísima" y sin pensar que aquello no hacía más que empezar...





Tardé un día en poderlo leer, y no porque me no me faltaran ganas..., cuando lo leí, las lágrimas me envolvieron en un revoltijo de emoción por lo que leía y alucinación porque tenía un largo en mis manos. Cuando lo acabé, no pude más que empezar de nuevo, para empezar a analizar, y lo primero fue miedo, y la sensación de -"en esta película hay de todo"- emociones muy fuertes, confesiones en la Iglesia, momentazos en el ejército, palizas, risas, llantos, sexo, drogas... y más de un desnudo... y de dos...





Como siempre cuando comienzo a preparar un personaje, lo primero que hice es buscarme canciones, la música que escucharía "Alfredito" en su vida. En este caso me tocaba interpretar el personaje desde los 16 hasta los 36 años (todo un desafío que cada vez que lo pensaba me temblaban las piernas), 20 años de música. Mis compañeras de piso decían que me estaba volviendo loco, que qué eran esas cosas que sonaban a todas horas... mientras me duchaba, mientras cocinaba, mientras limpiaba; a todas horas con los oídos del personaje pegados a los míos y así, poco a poco, iba saliendo la actitud de ese adolescente que comenzaba a vislumbrar la vida, con todo lo bueno y lo malo que ésta trae consigo.



Y por supuesto, de mi libreto no había quién me separara, a todas horas con él, a todos sitios con él, todo pintorrequeado, lleno de notas, de recuerdos, de imágenes, y, por si acaso, me hice una copia, no lo fuera a perder, hasta dormía con el guión entre las sábanas y hoy reposa en uno de los rincones más preciados de la casa de mis padres porque por siempre será: mi primer largometraje.

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