lunes, 15 de marzo de 2010

VESTUARIO.

Al igual que las labores de caracterización, maquillaje y peluquería no eran nada sencillas, el trabajo de vestuario de Lucía Navarro y su equipo no se queda atrás. Desde vestir a una novia en los años 50, a toda una boda, una vida, un servicio militar...



...y mucha ropa interior, de dos adolescentes de los 60, de todo un regimiento militar en los 70, hasta el destape absoluto de los 80. Toda una evolución de los calzoncillos en los últimos 50 años.




Recuerdo el día de las pruebas de vestuario, de pronto, aparece Lucía, con su ayudante María, y tres sacos repletos de ropa, varias horas provándome indumentarias originales compradas en todo tipo de mercadillos y tiendas de segunda mano, pantalones, polos, jerseys... y qué delgados que estaban en la época, era imposible meterse en esos pantalones sin dejar de respirar.

Sin olvidar los uniformes, de soldados raso, de cabos, sargentos... el mundo de la marina, con todos sus galones. Qué complicado que es ponerse el traje de gala de la marina, con lo sencillito que parece cuando vemos a los niños vestidos de comunión.



Después de maquillaje y peluquería, cada día pasábamos por vestuario, unos días tocaba tan solo un albornoz y nada más y otros había hasta cuatro y cinco cambios, ellas siempre dando los últimos toques, con sus agujas y dedal, y la plancha siempre caliente. Siempre impecables, exepto cuando había que ensuciar uniformes que nos vestíamos, nos revolcábamos por el suelo y a grabar!!!

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